El 6 de junio de 1882 nacía "El Egabrense", el primer periódico de Cabra. Aunque se imprimía en Córdoba, en la imprenta La Actividad.
En sus primeros tiempos llevaba el siguiente subtítulo: Revista semanal de literatura, arte y noticias, Eco del Ayuntamiento, del Instituto y Real Colegio de la Purísima Concepción y de la Sociedad de Amigos del País. Posteriormente se suprimió lo concerniente al Ayuntamiento, para desligarse de cualquier planteamiento político. La referencia que se hacía a la Sociedad de Amigos del País carecía de consistencia, pues, por entonces, esta sociedad se encontraba inactiva. En marzo de 1883, "El Egabrense" dejó la periodicidad semanal y pasó a editarse cada quince días; al menos se mantuvo hasta finales de ese año.
"El Egabrense" tuvo dos directores, Rafael Hernández Mohedano y José Cabello y Roig. Administradores fueron Antonio José de Vargas Amorín y José V. Mora.
Entre los colaboradores de "El Egabrense" hallamos una muestra representativa de la intelectualidad de finales del XIX en Cabra: José Castilla Lobato, Mostaza, Luis Herrera y Robles, Leopoldo Parejo, Eladio Reyes Cruz, Juan N. Gallego, Rafael de Lama Gálvez, Casimiro Reyes Ortiz, y Antonio Alcalde Valladares. A casi todos ellos los encontraremos en las publicaciones que siguieron a "El Egabrense", y muy especialmente al entonces joven Eladio Reyes, un pilar muy importante de la prensa en Cabra hasta su muerte en 1913. También colaboró en "La Voz del Pueblo" en su primera época (1894-1895) y en "El Pueblo" (1903-1907), y dirigió "El Delegado" (1883), "El Eco de Cabra" (?-1892), "La Unión Conservadora" (1898-?) y "La Voz del Pueblo" en su segunda época (1907-1909).
En la primera plana de "El Egabrense" siempre se insertaba un artículo de don José Cabello Roig, catedrático del Instituto Aguilar y Eslava, en el que exponía materias de divulgación científica sobre aspectos prácticos relacionados con la física, la química, la astronomía o la agricultura."
"La sección más interesante de "El Egabrense" era la llamada Miscelánea, “Información de actualidad” diríamos hoy. En ella se recogían sueltos de noticias locales. En el número que reproducimos se habla:
- De una reclamación de los mayores contribuyentes de Cabra al Ministro de Hacienda que había sido aceptada. No, no se llamaba Montoro aquel ministro.
- De la destitución por el Alcalde del director del Hospital, el motivo “oficial” por razones de salud. Estas cursivas de “oficial” denota que hubo algo más, por lo que la “enhorabuena” que se le daba al cesado es posible que llevara su mijita de guasa o ironía que entenderían muy bien los lectores de entonces.
- Muy interesantes resultan las noticias que se nos dan de la Feria del 15 septiembre. No hay que confundir la feria de entonces con los Festejos de la Virgen de la Sierra que no se iniciarían hasta unos años después, en 1890. Por lo que se dice en 1882 ya estaba esta antigua feria de capa caída, hasta que a principios del siglo XX prácticamente desapareció, a excepción de algún año en que se intentó revitalizarla sin que se consiguiera.
- En este número también se da noticia del nacimiento de un nuevo periódico local "El delegado", dirigido por el joven Eladio Reyes y cuyo propósito era “defender los intereses de los contribuyentes”. Aunque desde "El egabrense" vemos que se le deseaba al nuevo periódico “larga vida y ningún tropiezo” algún tropezón sí que daría con las autoridades y su vida sería muy corta. Pues de El delegado" no tenemos más noticias, ni conocemos que se haya conservado algún ejemplar del mismo.
- Y en un periódico cuyos miembros de redacción eran en su mayoría profesores del Instituto no podía faltar el anuncio de la próxima apertura del curso 1883-1884 con toda la grandiosidad que se le daba entonces, siendo unos de los actos sociales más relevantes del año".
Seguimos con más “Misceláneas” del mismo número de "El Egabrense" de 30 de septiembre de 1883:
- Se dan noticias de un terrible accidente de ferrocarril ocurrido entre Écija y Marchena, según informaba "El Eco de Écija". Por cierto, en aquella época los periódicos daban mucha cobertura a los accidentes ferroviarios por el impacto que ellos tenían entre aquellas gentes, todavía no muy acostumbradas a aquellas máquinas infernales que atronaban por los campos soltando vapores y gruñidos de "jierros" y tornillos.
Por cierto, unos meses antes de este accidente ocurrió otro similar en Francia que ocupó muchas planas de periódicos y que también fue muy comentado en Cabra, pues en dicho accidente murió calcinada doña Dolores Alcalá Galiano y Pareja, marquesa de la Paniega.
- Curioso comentario sobre el tratamiento que le ha dado El Delegado, como vimos otro periódico de Cabra, sobre “los rincones de la Fuente Nueva” (¿la de delante del nuevo Ayuntamiento en la calle San Martín?).
- Se da cuenta de un donativo enviado por la viuda de don Martín Belda para sufragar los estudios en el Instituto de jóvenes sin recursos. Es llamativo que esta señora, doña María José Jover y Greppi, al morir su marido se acordara de los jóvenes del pueblo de su marido, pues solamente había visitado Cabra en una ocasión recién casada, dado que al poco de nacer una hija y fallecer poco después, vivió siempre separada de su marido.
- Siguen dos Misceláneas dedicadas al complicado asunto de las contribuciones. Por entonces a cada pueblo se le asignaba una cantidad como cupo de aportación a Hacienda entre los mayores contribuyentes de la localidad, y como era el Ayuntamiento de cada momento el que hacía el reparto a pagar por cada uno las discusiones eran impepinables cuando se conocía la cantidad asignada a cada contribuyente, pues lógicamente el alcalde y los suyos barrían para casa y hacían que pagaran más los de la oposición. Y a éstos solo les quedaba el derecho al pataleo y clamar por las esquinas o sus periódicos: “ya os llegará vuestro San Martín cuando le demos la vuelta a la tortilla”.
"Para finalizar con las Misceláneas, fijémonos en lo más interesante:
- Se inserta una corta pero sabrosa crónica taurina de una corrida celebrada en Cabra el 14 de septiembre de 1883. Toros de la ganadería de don José Linares (creo que radicada en la Viñuela) para el famosísimo Cara-ancha y el Marinero. Ojo, 14 de septiembre, nada en el día de la Sierra. Las buenas observadoras habrán visto que aún perteneciendo este número de El Egabrense al mes de septiembre no hay en él ni una sola alusión a la Virgen de la Sierra. Normal, en aquellos años.
- Por lo demás, unos versos ripiosos que con razón el vate que los parió prefirió guardar el anonimato (¿un jovencísimo Mostaza?). Y un chistecito más o menos con la misma gracia que los versos, ninguna.
Otras secciones frecuentes del El Egabrense eran: la Revista Comercial que recogía los precios alcanzados en el mercado local por trigo, las habas, los yeros, el aceite, la escaña o los garbanzos; las reseñas de los plenos del Ayuntamiento, y las socorridas colaboraciones poéticas de mayor o menor acierto. En este sentido es de destacar las clasicistas composiciones de don Luis Herrera y las versos chispeantes de Mostaza
La última plana del periódico siempre quedaba reservada para la publicidad, que tan curiosa nos resulta hoy día, y tanto nos dice de los hábitos de consumo en aquella época. En este número que reproducimos nos encontramos con los anuncios de:
- Suscripción al propio Egabrense por 1,25 pesetas al trimestre.
- Los jabones Buena Vista de don Manuel Aparcio y Sanz.
- El libro de poesías de don Luis Herrera.
- La farmacia de don José Castillo Lobato de la calle Alonso Vélez.
- Don Francisco González Salvador como comisionado para Cabra del Banco Hipotecario de España.
- La Fundición de Hierro y taller de construcción de máquinas de Aldudo Llosa y Moreno, de Valencia.
- La suscripción de El Progreso Industrial, de Málaga.
- Diversos libros de don Antonio Alcalde Valladares.
- Se ofrece en venta la Casa de las Cubas, de la calle Alonso Vélez num. 25.
Por último, resaltar que en El Egabrense de finales del siglo XIX se escribía con unas exquisitas formas literarias, con una prosa mesurada y equilibrada que no quedaba desprovista de sus gotitas de ironía, y huyendo siempre de cualquier planteamiento político.
Texto extraido del monoráfico de José María Garrido Ortega publicado en Cabra en el Recuerdo con el título de “retahílas sobre la historia de la prensa egabrense”