«Bajá» de la Virgen de la Sierra 2017.
Desde primeras horas de la bonita y luminosa mañana del día 4 de septiembre, muchos miles de egabrenses encaminan sus pasos hacia el Picacho, unos lo hacen a pie, otros a lomos de caballerías, en autos particulares, o a bordo de autobuses públicos, todos tienes una cita a la que no pueden y no quieren faltar, todos ellos tienen un fin, cumplir con la tradición, de que el día 4 de septiembre a las 4 de la tarde, la Reina de la Sierra, su Virgen, emprenda el camino de regreso, camino conocido en Cabra como «la bajá».
En la ermita hay un ambiente festivo donde se canta, se baila, se reza, y se espera hasta que, a las 4 de la tarde los presentes pueden contemplar cómo se esfuerzan los sufridos costaleros para portar a su Virgen a través de la angosta puerta del santuario y tras recomponer sus filas y enganchar los cordeles, emprenden entre aplausos «la bajá» con un paso firme y garboso, que mantendrán durante los siete kilómetros que dura la travesía entre jara, piedras y olivos, acompañados en todo el recorrido por cientos de fieles de todas las edades. Ya en la barriada que lleva su nombre, la Virgen de la Sierra es trasladada hasta la iglesia-de San Francisco y San Rodrigo, donde ya tras la celebración de la Eucaristía y tras algunos retoques estéticos, la comitiva mariana se dirige hacia la carrera oficial.
Ya de noche, la Virgen hizo su entrada oficial en la localidad entre fuegos artificiales y vítores de sus devotos por los arco de la antigua calle Baena, donde recibió de manos del alcalde de Cabra la vara que la reconoce como alcaldesa perpetua de la villa. La Virgen estuvo acompañada de su pueblo durante el recorrido por las calles Baena y San Martín hasta la Plaza Vieja, para dirigirse por la calle Mayor a la parroquia de la Asunción y Ángeles, donde fue depositada mimosamente por sus costaleros que tras fundirse en un emotivo abrazo dieron por finalizada la «Bajá 2017».
Miguel Mellado Moreno
(Cabra en el Recuerdo)