Es curioso, que en una página donde existen más de treinta mil fotografías, sobre los diversos aspectos de la vida de nuestro pueblo, apenas se cuenta con una treintena de fotos relacionadas con la hospedería egabrense, lo que hace que tenga pocos mimbres para reconstruir el pasado del hospedaje en Cabra con anterioridad al siglo XX o durante la primera mitad de dicho siglo.
La necesidad de hospedaje y la alimentación durante los desplazamientos ha existido desde siempre, pero los usos y costumbres en la forma, como se prestaban los servicios de hospedajes y alimentación no varió muchos desde la Edad Moderna hasta bien entrado el último cuarto de siglo pasado.
Mientras los personajes pudientes se alojaban en sus desplazamientos en hoteles o en hospederías de conventos y monasterios, el resto de la población que se desplazaba por nuestra geografía lo hacían albergándose en fondas, pensiones y posadas. En estos últimos alojamientos, no solo tenían que dar cama y comida a sus clientes, sino que, como estos viajaban con animales de tiro y carga, las posadas también tenían que proveer de alojamiento y comida a estos animales y de dar albergue seguro a los carruajes y mercancías que transportaba. Por ello las posadas se ubicaban en amplios edificios, dotados de grandes puertas de acceso y de amplias cuadras y patios empedrados para dedicarlos a los fines citados.
En cuanto a los establecimientos dedicados al albergue de personas, existían las fondas o pensiones, que eran alojamientos donde se dormía y comía por un precio asequible y en los que habitualmente las habitaciones y los aseos y servicios era de uso compartido entre personas del mismo sexo. Los hoteles de inferior clase se asemejaban muchos a los servicios que prestaba las fondas o pensiones siendo los hoteles de renombre y categoría donde se daban servicios personalizados, aunque por su precio era solo accesibles para una reducida capa social.
Aunque como ya he dicho, desde los años 70-80 del pasado siglo, el panorama en el hospedaje ha cambiado para mejor en la mayoría de los casos, siendo los servicios que se dan en la actualidad de una calidad aceptable, buena o muy buena, así como también ha aumentado el nivel de competencia entre establecimientos y la exigencia de la clientela.
De los establecimientos hoteleros de Cabra, existe constancia de la existencia de la «Gran Fonda Central Española» propiedad Antonio Mesa Ortiz, que se renombraría en los primeros años del siglo XX como Hotel Central y que se ubicaba en el número 11 de la calle Juan Ulloa, que posteriormente paso a conocerse como calle San Martín para acabar en la actualidad como avenida de José Solís Ruiz. Este establecimiento se trasladó a finales de 1916 al número 8 de la calle Sánchez Guerra (calle Baena).
También hay constancia de la existencia del Hotel Murillo, que se encontraba en el número 12 de la calle «onsabeles» deformación popular del nombre de esta calle con el que se recordaba a un antiguo regidor local del siglo XVI, Alonso Vélez, y que en la actualidad lleva el nombre de Alonso Uclés.
Otro establecimiento hotelero del que existe noticias de su existencia fue el Hotel Suizo, que se ubicaba en la calle Juan Ulloa 22, en la primera planta del conocido edificio que albergó la cervecería «La Cruz del Campo», también conocido como Bar Cobos, apellidos de la familia que lo regentó durante algún tiempo y que después tomo los nombre de «Nacional», y «Simblia» para posteriormente transformarse en salón de billares, edificio de Correos y bazar comercial.
Entre los hospedajes desaparecidos estan, la Pensión Rubia, que se ubicaba en el comienzo de la calle Nicolás Albornoz, muy cerca del antiguo edificio del ayuntamiento, la Pensión La constante (antigua fonda de Viñas) propiedad de Manuel Camacho y que radicaba en el número 13 de la calle Castelar (hoy Santa Rosalía) y la Pensión Mérida que se encontraba en la calle Baena. También desaparecieron tres posadas, una de ellas estaba en la calle San Martín, donde vivía y trabajaba un singular personaje de Cabra, conocido como el Cojo Mora y las otras dos posadas se ubicaba en la calle de la Plaza (hoy Redondo Marqués) por encima de la cooperativa de los hortelanos. También desapareció la situada frente al ayuntamiento, la muy conocida pensión de la Malagueña, alojamiento preferido por los artistas que venía con las Compañías a actuar en Cabra como era el caso de Juanito Valderrama, Pepe Marchena, Lola Flores o Manolo Caracol.
El edificio ubicado en la confluencia de las calles Pepita Jiménez y de la Cruz, justo enfrente del instituto Aguilar y Eslava, fue reformado a principio de 1900 para convertirse en la Fonda Guzmán, y que daba alojamiento principalmente al personal docente y estudiantes del citado centro de enseñanza. Este establecimiento fue adquirido en el año 1972 por la familia Guerrero procedente de Sao Paulo (Brasil) que mejoraron y modernizaron las instalaciones y continuaron con la actividad hotelera renombrando el establecimiento como Pensión Guerrero y que es en la actualidad el decano de los establecimientos hoteleros de Cabra.
En los años 70 y ochenta del siglo pasado, la oferta de alojamiento en Cabra era escasa, contándose solamente con la hospedería conocida como Hostal Residencia Pallarés, propiedad de Fernando Pallarés y que estaba situada en el edificio ubicado en la confluencia de las calles Juan de Silva y Dionisio Alcalá Galiano en los altos del bar-cafetería Feryla, que regentaba la familia Fernández Lama, y la ya citada Pensión Guerrero, existiendo otro atípico establecimiento, la conocida como Residencia del Cura, que vino a aliviar las necesidades de alojamiento veraniegas de los egabrenses emigrados. En las décadas siguientes la oferta hotelera egabrense cambió con la construcción primero del Hotel Fuente de las Piedras y la posterior del Hotel Mitra.
En la actualidad, Cabra cuenta con una aceptable oferta hotelera, materializada y encabezada por su capacidad y categoría por el Hotel Fuente de las Piedras ubicado en el singular enclave egabrense del cual coje el nombre, seguido por el Hotel Mitra Crisalida, ubicado en la avenida de las Fuente de las Piedras, muy cerca del anterior, y del Hotel Villa María, que ocupa un edificio protegido histórico en nuestro pueblo cito en la calle Don Antonio Povedano, junto al Paseo Alcántara Romero y la Pensión Gerrero en la Plaza de Aguilar y Eslava. Cuenta Cabra también con la posibilidad de alojamiento en apartamentos como es el caso de la Hospedería Doña Leonor ubicados en la calle del mismo nombre y el apartamento turístico El Juncal en la calle Junquillo.
También cuenta nuestra localidad con una amplia oferta en alojamientos rurales de calidad como los ubicados en el Cortijo Frias, Cortijo Troya, Cortijo Rivero, Cortijo Dávalos, Cortijo Pio, La Casilla el Chato, Las Infantas, Casa Jacaranda, Cortijo La Pollinita, La Collera, Las Rosas, Huerta Luna, Cortijo Becerril, Las Acacias, Alojamientos de la vía verde, Cortijo Juan de Escamas y San Antonio, y seguramente exista algún alojamiento rural más que ire añadiendo en la medida que conozca de su existencia.
Miguel Mellado Moreno
(Cabra en el Recuerdo)
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