Si bien la emigración ha sido un fenómeno social y económico que ha existido siempre, la que aquí nos ocupa, por haberla sufrido en nuestras propias carnes y porque supuso una gran pérdida de capital humano para nuestro pueblo, es la que se produce a partir de las décadas 50 y 60 del siglo pasado, con motivo del éxodo laboral interno, hacia Madrid y las regiones del norte y este peninsular y el externo hacia países europeos, fundamentalmente Francia, Alemania, Bélgica.
Nuestro pueblo, como nuestra región y como otras regiones nuestro país, sufría de un endémico subdesarrollo, lo que empujó a muchos trabajadores, ante la imposibilidad de poder criar a sus familias, a emigrar a otros lares donde triunfaba el expansionismo económico y donde les fuera posible cumplir con sus expectativas de un futuro mejor.
Y aunque las primeras emigraciones tuvieron un carácter temporal, como las que se producían hacia Francia, con contratos para realizar puntuales campañas agrarias como la vendimia o la remolacha o para el trabajo en la industria alemana o las minas belgas, muchas de ellas se convirtieron en definitivas sobre todo las que tuvieron su destino en las regiones ricas españolas que hemos citado. Principalmente es la provincia de Barcelona en la que se asientan con carácter definitivo más emigrantes egabrenses, siendo muy significativo los paisanos que lo hicieron a Santa Coloma de Gramanet.
La emigración de los años 60 no fue solo de mano de obra no cualificada, que ocupaban normalmente los puestos más bajo en la escala laboral de las zona recetoras, sino que también emigraron magníficas promociones de técnicos que año tras año iban saliendo de las Escuelas de Formación Profesional Felipe Solís Villechenous y que ante la falta de industria autóctona buscaron trabajo en zonas que demandaban puestos laborales cualificados.
Desgraciadamente, hoy por hoy, ante la falta de trabajo y la precariedad laboral, son la generación mejor preparada cultural y técnicamente de nuestra tierra, la que tiene que coger de nuevo las maletas y emprende el éxodo hacia nuevos y mejores horizontes profesionales.